Lo creas o no, este es el centro nuclear del motivo por el que hacemos campamentos. Se establecen expectativas para que un consejero haga la voluntad de Dios, comparta el mensaje de Dios y ame como Jesús. Cuando ven que Dios los ha usado para evocar la salvación, para hacer estudios bíblicos en grupos pequeños y para jugar con tanto entusiasmo que les saca sonrisas a los niños… el consejero sabe que Dios tiene un plan para él.
Cuando el voluntario capacitado de la iglesia ministra en el campamento, está en el camino de ministrar con la familia, en el trabajo o la escuela y en la iglesia. Todo el tiempo aprendiendo y desarrollando una comprensión para confiar en Dios para los resultados.